domingo, 11 de noviembre de 2012

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-Infección y Epidemiologia por H.pylori:
Una vez alcanzado el máximo pico de pre valencia  ésta tiende a presentar una curva discretamente descendente. Esto quizás pueda explicarse por la historia natural de la gastritis asociada al H pylori, que con el paso de los años iría progresando hacia la atrofia, lo que conllevaría un cambio del ecosistema propicio para la persistencia del germen.
La pre valencia publicada en España es un tanto dispar, comunicándose cifras que van desde el 36% en una determinada comarca valenciana hasta el sorprendente 84% referido por Carballo al área de Guadalajara. Tal vez una cifra más acorde al desarrollo de nuestro país sea la referida por Martín de Argila, que halla una pre valencia del 53% en la zona de Madrid.
La incidencia actual de la infección en regiones desarrolladas es muy baja en el adulto, siendo coincidentes los trabajos publicados en cuantificarla por debajo de 1%. Por otra parte, varios estudios realizados con sueros conservados observan cómo la infección va decreciendo en las últimas décadas para individuos de la misma edad, hecho que podría estar en relación con un progresivo menor riesgo de infección durante la infancia. Todo ello vendría a apoyar el antes mencionado efecto generacional relacionado con el progreso socio-económico.
Probablemente el principal factor epidemiológico de riesgo sea el bajo nivel económico-higiénico-sanitario; de ahí que la infección, como ya se ha comentado, sea mucho más frecuente en regiones no desarrolladas. Estudios realizados en países industrialmente avanzados también confirman este hecho: Graham en U.S.A, Murray en el Reino Unido o Haeckel en Alemania encuentran una clara relación entre la infección por H pylori y clase social baja en general y hacinamiento, bajo nivel educacional o malas condiciones sanitarias en particular.
por otra parte el papel que juegan los padres a la hora de transmitir la bacteria ‘Helicobacter Pylori’ a sus hijos es determinante. Un estudio, publicado en ‘The Pediatric Infectious Disease Journal’, refleja que los niños con padres infectados por esta bacteria tiene un riesgo mayor de infectarse. En la mayoría de las culturas las madres son las que tienen un contacto más directo con sus hijos en estos primeros años. Por esta razón, el estudio evidencia que son las madres las que más probabilidad tienen de contagiar a sus hijos. La investigación muestra que el riesgo era el doble cuando el padre estaba infectado, mientras que en el caso de la madre las posibilidades de contagio aumentaron cuatro veces.


Prevención y cuidados: 
La mejor manera de prevenir la infección por Helicobacter Pylori es la misma que cualquier otra infección intestinal:

  • Lave sus manos frecuentemente con agua y jabón, además de lavarlas antes de comer y después de ir al baño.
  • No use utensilios mal lavados, no tome ni coma de vasos y platos usados por otras   personas sin lavar, el Helicobacter se transmite de una persona a otra.
  • No coma alimentos ni tome agua contaminada.
  • Si su pareja esta contagiada por la bacteria es preferible que ambos sean evaluados y diagnosticados por el especialista. 
-  Enfermedades causadas por mal tratamiento de H.pylori.
Ulcera duodenal
·   Es más frecuente que la úlcera gástrica.
·   Es mucho más frecuente en el varón que en la mujer.
·   Se observa entre los 35 y los 55 años.
·   Factor nervioso: personas inestables, depresivos, competitivos, ansiosos, irritables.
·   Deben tenerse en cuenta los trastornos endócrinos: Síndrome de Zollingher-Ellison, Hiperparatiroidismo, Síndrome de adenomas endócrinos múltiples.
Síntomas: dolor epigástrico precedido por ardor o acidez, tiene periodicidad y ritmo, con la característica de que aparece el dolor por la madrugada y calma con la ingestión de alimentos o soluciones alcalinas, reaparece al mediodía antes de la comida denominándose hambre dolorosa (dolor a tres tiempos); vómitos y náuseas; hematemesis o melena (en realidad la hemorragia digestiva es más una complicación)

Ulcera gástrica
·   Es menos frecuente que la úlcera duodenal.
·   Es más frecuente en el sexo masculino.
·   Aparece entre los 35 y los 64 años.
Síntomas: dolor epigástrico que tiene periodicidad y horario, es el llamado dolor a cuatro tiempos, aparece después de las comidas, suele ceder espontáneamente antes de una nueva ingestión de alimentos; pirosis; vómitos pituitosos o alimentarios.

Hemorragia digestiva alta
Se puede presentar con hematemesis, hematoquesia, melena, hipotensión arterial,  sangre oculta en materia fecal.
El paciente puede estar:
· inestable hemodinámicamente, con sangrado activo.
· estable hemodinámicamente, con sangrado activo.
· estable hemodinámicamente, sin evidencia de sangrado activo


Cáncer gástrico:El cáncer gástrico temprano prácticamente es asintomático. En el cáncer gástrico avanzado, predominan la pérdida de peso y el dolor abdominal, también existen la disfagia, saciedad temprana, vómitos persistentes y anemia por los eventuales sangrados

Gastritis:Los pacientes infectados por Helicobacter Pylori presentan signos de gastritis crónica que afecta principalmente la zona del antro, pudiendo extenderse incluso hacia el cuerpo gástrico en individuos de edad avanzada. se consideran la existencia de dos formas de gastritis crónicas: 
TIPO A: que se localiza fundamentalmente a nivel del cuerpo gástrico y suele acompañar a la anemia perniciosa. Se le responsabiliza a mecanismos inmunológicos.
TIPO B: de localización antral (antritis), que suele asociarse a úlcera duodenal y presenta una fuerte asociación con la infección con Helicobacter Pylori.
 
El proceso inflamatorio en la gastritis crónica por Helicobacter Pylori se explica de la siguiente manera. El sistema inmunológico que es el encargado de erradicar el germen en cualquier proceso infeccioso, es incapaz en este caso en particular, lo que origina una inflamación crónica. Para posteriormente evolucionar en una atrofia de la mucosa gástrica, seguida de una alteración en la secreción de ácido pepsinógeno y factor intrínseco.



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